Lo que para muchos son nuevos y desconocidos ámbitos, materias y ciencias, son ya una realidad en periodo de pruebas prácticas.
Términos de los que ya hemos hablado como la Inteligencia Artificial o el aprendizaje automático son cada día una realidad más cercana.
Materias nuevas que se complementan y se necesitan para hacer juntas un nuevo todo y acercarnos al Internet de las cosas.
No podemos para hablar de ello olvidarnos de la informática de borde.
Ésta, se basa en el análisis y el almacenamiento de datos de manera próxima al lugar del que nacen. Esto permite, una respuesta y un análisis prácticamente en tiempo real.
Los centros de datos han cambiado dejando paso a la informática de borde que da prioridad a la velocidad y a la eficiencia.
5G
La presencia de las redes 5G cada vez más comunes y habituales no hacen más que fomentar esta nueva forma de análisis de datos, dejando cada día más atrás los centros de datos comunes que usan un análisis de ida y vuelta de la información, ralentizando el proceso y proporcionando peores resultados. Y es que la informática de borde procesa los datos lo más cerca o incluso en el lugar en el que se generaron.
Con un ejemplo quizás resulte más sencillo de entender. Todos o casi todos conocemos a Siri y Alexa, ambas presentes en muchos de nuestros hogares y ambas usando también Inteligencia Artificial de borde para procesar la información de manera inmediata y darnos una respuesta, a través del reconocimiento de nuestra voz.
La velocidad es clave para la IA de borde, ésta permite detectar problemas y especificárselos inmediatamente para poder solventarlos de igual forma.
Además por si todo esto fuera poco, la IA de borde puede funcionar sin conexión a Internet, lo que sería de gran utilidad para por ejemplo hacer ciudades inteligentes y autónomas, gestión del tráfico, semáforos, alumbrado, incidencias…
Aunque parezcan numerosas las ventajas, cabe señalar que la IA de borde no puede sustituir al menos a día de hoy de manera total a la informática en nube, ciertas tareas aun requieren un centro de datos para ser analizadas.
Ambas se complementan de manera ideal ya que la IA de borde puede también filtrar los datos de manera que pueda enviar a la nube los que ella no pueda interpretar o analizar inmediatamente, haciendo así un tándem perfecto.
Todo ello nos presenta un nuevo mundo rodeado de nuevos elementos que nos acercan a un futuro sorprendentemente inmediato.