El cambio climático remodelará la economía mundial y será una materia estudiada por generaciones y generaciones.
Aunque son muchas personas las que restan importancia a este proceso, lo cierto es que su afectación va mucho más allá del entorno medioambiental. Este fenómeno provocará cambios masivos en el gasto en infraestructuras, la regulación y la dinámica geopolítica.
Son varios estudios realizados en la última década los que afirman que el problema medioambiental tendrá efectos cada vez mayores y más materiales sobre el crecimiento económico. Esto incluye el coste del capital y el rendimiento de una amplia gama de empresas e industrias. Veamos más de cerca estos problemas.
El gasto
La respuesta económica al cambio climático exigirá un gasto en los sectores público y privado de todos los países.
El gasto público en infraestructuras se acelerará, pudiendo aumentar el gasto global en inversiones entre un 1% y un 2% del PIB. El aumento del gasto público y de los incentivos, junto con el cambio de las preferencias de los consumidores, estimulará el gasto del sector privado en innovación y nuevas tecnologías.
Gran parte de nuestra industria invertirá en pos de mitigar los efectos del cambio climático y la adaptación a aquellos que no pueden evitarse.
La regulación
El sistema financiero está cambiando, y con el tiempo será completamente sostenible.
Europa y China son los países que están avanzando más rápidamente en esta dirección. Igualmente en EE.UU, sobre todo a nivel estatal y local, se están poniendo en marcha muchas iniciativas para fomentar esta sostenibilidad. ¿El objetivo? Mejorar el rendimiento de las inversiones respetuosas con el medio, reducir las inversiones contaminantes y aumentar la preferencia de los inversores/consumidores por las opciones sostenibles.
Factores geopolíticos
El cambio climático desencadenará conflictos por los recursos y la migración a nivel mundial. Igualmente, se desestabilizarán países y regiones, especialmente en las zonas ecuatoriales y sus proximidades.
La seguridad y la política se entrelazarán debido al gasto en defensa con el fin de subsanar conflictos producidos por la escasez de recursos.
Pese a todo, podemos afirmar que la concienciación es real, y todo el mundo avanza en una misma dirección. Por su parte, La Unión Europea se unió a otros países para comprometerse a lograr emisiones netas de carbono para 2050. No solo eso, sino que anunció que también reduciría las emisiones de forma más agresiva por adelantado: en un 55% respecto a los niveles de 1990 para 2030. Europa también aumentará sustancialmente los precios/impuestos sobre el carbono y asegura que dedicará un 30% del gasto a proyectos relacionados con el clima.
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